El sindicato hoy y la acción comunista

VI Congreso del Partito Comunista Internazionalista (Battaglia Comunista)

En la actual fase de decadencia de la sociedad capitalista, el sindicato está llamado a ser un instrumento esencial de la política de conservación y, por lo tanto, a asumir precisas funciones de organismo de Estado.

1947 - Encuentro sindical del P.C. Internacionalista

Tesis 1 ==

La sujeción y el englobamiento del sindicato en el Estado capitalista es un hecho cumplido e irreversible. Nuestros análisis y previsiones han sido plenamente confirmados por las experiencias en las que la clase obrera se ha encontrado complicada desde los primeros decenios de este siglo.

Parte integrante del aparato de Estado, reducido a instrumento indispensable para el sostén de la economía nacional y un factor orgánico de la conservación del modo de producción capitalista (al interior de sus leyes y compatibilidades), el sindicato ha perdido completamente también las últimas apariencias de un organismo intermedio y apolítico que, todavía en los primeros años de la Tercera Internacional de Lenin, lo hacían considerar utilizable por el Partido para hacer de él un instrumento de la revolución.

En la contratación del precio de la venta y de las condiciones de empleo de la fuerza de trabajo, el sindicato ha brotado como un instrumento de la clase obrera, pero inevitablemente ha sido llevado a conservar, regularizándola, la relación del trabajo asalariado con el capital.: VI Congreso del Partito Comunista Internazionalista (Battaglia Comunista)

En la actual fase de decadencia de la sociedad capitalista, el sindicato está llamado a ser un instrumento esencial de la política de conservación y, por lo tanto, a asumir precisas funciones de organismo de Estado.

1947 - Encuentro sindical del P.C. Internacionalista

Tesis 1

La sujeción y el englobamiento del sindicato en el Estado capitalista es un hecho cumplido e irreversible. Nuestros análisis y previsiones han sido plenamente confirmados por las experiencias en las que la clase obrera se ha encontrado complicada desde los primeros decenios de este siglo.

Parte integrante del aparato de Estado, reducido a instrumento indispensable para el sostén de la economía nacional y un factor orgánico de la conservación del modo de producción capitalista (al interior de sus leyes y compatibilidades), el sindicato ha perdido completamente también las últimas apariencias de un organismo intermedio y apolítico que, todavía en los primeros años de la Tercera Internacional de Lenin, lo hacían considerar utilizable por el Partido para hacer de él un instrumento de la revolución.

En la contratación del precio de la venta y de las condiciones de empleo de la fuerza de trabajo, el sindicato ha brotado como un instrumento de la clase obrera, pero inevitablemente ha sido llevado a conservar, regularizándola, la relación del trabajo asalariado con el capital. La función de administración de una relación semejante ha absorbido completamente, en el sostén de la base económica fundamental, tanto a los organismos predispuestos como a los hombres comprometidos en ellos.

Si en la fase histórica de ascenso del capitalismo existían objetivamente condiciones y espacios para justificar el específico papel reivindicativo y contractualístico del sindicato, aquellos espacios se han restringido gradualmente - en la fase monopolista e imperialista - hasta ser anulados por la actual crisis económica general.

En efecto, se han agotado, y de manera definitiva, las posibilidades de que se efectúen concesiones de algún modo favorables a la clase de los asalariados: toda reforma es hoy sinónimo de ataque burgués a la clase obrera. El sindicato no puede hacer más que desempeñar una función mediadora en favor de las necesidades de sobrevivencia del capital, y de su pasiva aceptación por parte de los trabajadores.

Tesis 2

En esta realidad, históricamente afirmada, deviene más que nunca una idealista conjetura - en nombre de una pretendida coherencia con el pasado - la reproposición de visiones y tácticas mecanicistas, todas ellas fundadas en la recuperación de una forma de organización de la clase, sin considerar en manera alguna la sustancia de su rol y de su función.

La admisión del proceso degenerativo del sindicato pierde cualquier validez, desde el punto de vista marxista, si es referida a presuntas traiciones de las burocracias (es decir, de los hombres) o de las fuerzas políticas que dirigen a los sindicatos. Faltaría, en efecto, explicar por qué tales burocracias y/o fuerzas políticas toman y mantienen la dirección de un "organismo de clase" que permanece impermeable a la propaganda y a las indicaciones tácticas comunistas. Y queda por explicar cómo y por qué las posiciones revolucionarias deberían y podrían regresar a la dirección del sindicato.

La abolición del trabajo asalariado, la ruptura de la relación capital-trabajo, es el objetivo principal del movimiento revolucionario y del programa comunista. Exactamente lo opuesto vale para el sindicato, o sea, la conservación de la relación capital-trabajo, que es su terreno de existencia y su razón de ser.

Tesis 3

Tanto la hipótesis de la conquista de la dirección sindical por parte del Partido, como la de la transformación del mismo sindicato en un instrumento para canalizar al proletariado hacia el asalto revolucionario, no responde a ninguna prueba histórica, ni siquiera en los mejores momentos (la Revolución de Octubre comprendida).

No podía ser de otro modo estando frente a la concretización del dominio total del capital y a las manifestaciones a escala mundial de sus más profundas e irremediables contradicciones. Entre las instituciones de la formación social capitalista, el sindicato definitivamente ha ocupado una posición de declarado apoyo al capital y ha liquidado todo posible equívoco ideológico en torno al sindicalismo como una forma de ser del anticapitalismo en función revolucionaria.

Entre los golpes y los contragolpes de la crisis económica, los ataques del capita a las condiciones de trabajo y de vida de la clase obrera no sólo anulan toda precedente "conquista", sino hacen ilusoria la formulación de las mismas reivindicaciones, basándolas en la prácticas de la contratación en defensa de los intereses de la "economía nacional", del desarrollo capitalista, del relanzamiento del mercado.

En la crisis del ciclo de acumulación capitalista, cada vez más agravada, el sindicato hace suyos los límites económicos del capital, los impone a la clase obrera hasta el punto de que es precisamente el mismo sindicato el que se presenta como obstáculo principal a la lucha reivindicativa de clase.

Tesis 4

A causa de la pesante reestructuración del aparato y de los procesos productivos del capital - y coherentemente con su lógica-, se ha afirmado la tendencia a la desintegración de los grandes complejos industriales, con la cual se han conseguido modificaciones en las formas de agregación obrera. Paralelamente, se ha desarrollado un proceso de desvalorización de la fuerza de trabajo a través de recortes al salario real en las metrópolis, efectuados bajo el chantaje del bajo costo de la fuerza de trabajo en muchos espacios del mercado global donde el capital puede útilmente invertir para la realización de algunas fases o de la totalidad de los procesos productivos.

El conjunto de estos fenómenos constituye el motor primario de la actualización de la tendencia a la precarización e individualización de la relación de trabajo.

La nueva división internacional del trabajo, las profundas reestructuraciones industriales de estos años, el tránsito de una producción por grandes lotes a una producción cada vez más diferenciada, destinada a un mercado extremadamente mutable e incierto, han modificado profundamente la estructura productiva tanto en el plano dimensional como a nivel de las instalaciones y de la organización.

Muchos grandes complejos industriales se han redimensionado fuertemente, muchas industrias han localizado a las propias unidades productivas allí donde son menores los costos de producción, desde la mano de obra a las materias primas, etc.; otras han diversificado la producción, han conducido al exterior o arrendado parcial o completamente la elaboración de proyectos, el ensamblaje o la parte informática.

Tesis 5

Pero la difusión de la pequeña y mediana empresa, de la descentralización productiva, es acompañada, en contradicción tan sólo aparente, por la concentración cada vez más acentuada de la propiedad y del control de la propiedad sobre los medios de producción en pocas manos.

Los sindicatos no han estado en situación, ni podían estarlo, de contrastar tales fenómenos puesto que los mismos representan el único modo ser del capital en la fase de crisis del ciclo de acumulación. Tampoco han podido modificar o contrastar la consecuencia de aquellos fenómenos: la precarización e individualización de la relación de trabajo.

Podían ser sólo, de algún modo, intérpretes de ellos, en el rol de administradores de aquella tendencia en el seno de la clase obrera. Y es exactamente eso lo que han hecho en todos los países metropolitanos.

Los acuerdos en Italia primero sobre el costo del trabajo y después "por el trabajo", son las etapas más relevantes de esta formal transformación del rol del sindicato.

Tesis 6

La transformación del panorama productivo y su fragmentación en entidades pequeñas y medianas, de una parte, la tendencia a la precarización e individualización de la relación de trabajo, de la otra, han modificado en gran medida el cuadro de referencia del sindicato que ha procedido decisivamente en la tendencia que ya identificábamos en 1985 a dedicarse casi exclusivamente a la definición de las líneas de política salarial a nivel macroeconómico. Se ha encontrado, así, organizativamente por fuera de la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas, por una parte, y privado de gran parte de la precedente fe y confianza por parte de los trabajadores.

Cuanto escribíamos en el documento "El sindicato en el tercer ciclo de acumulación" en 1985 hoy es mucho más verídico: "El sindicato se ha convertido en una especie de 'oficina pública' que se odia, pero de la cual no se puede prescindir".

Su conversión en oficina pública, traduciéndose, entre otras cosas, en la contratación central de los acuerdos susodichos, expresa también el enrigidecimiento de las normas generales que competen a la relación de trabajo: al menos desde 1992 todo acuerdo con un mínimo de validez general (comprendidos los de la flexibilidad del trabajo) es sistemáticamente traducido en ley, sustrayéndolo, así, a hipotéticas contrataciones sucesivas. Los contratos nacionales que excluyen cualquier otra contratación sobre las materias por ellos tratadas han eliminado, de hecho, la contratación de fábrica y, con el entumecimiento en el lado obrero, los límites dentro de los cuales se regula la relación de trabajo están totalmente en ventaja del capital que tiene a su lado la fuerza de la ley hasta en el estrujamiento individual del trabajador.

Tesis 7

  • No se da, por tanto, una real defensa de los intereses de los trabajadores, considerando su carácter inmediato, si no fuera y contra la línea sindical y todo tipo de mediación contractualística, siempre derrotada, sin importar por quién sea dirigida y gestionada. Frente a los ataques del capitalismo en crisis, la defensa concreta de los intereses obreros se enfrenta inmediatamente con las exigencias de sobrevivencia del capital.

En este sentido, la distinción entre luchas de defensa y luchas de ataque se verifica de lleno sólo por cuanto respecta al contenido político de las luchas.*

Es de defensa, allí donde surgiese de las luchas reales de la clase - y no de la fantasía radical reformista de estratos políticos ex-stalinistas, ahora en fase de reciclaje - la reivindicación de la disminución del horario con igualdad de salario. Así como es de defensa de las masas desocupadas y marginalizadas la reivindicación de un salario mínimo garantizado. Estos dos reivindicaciones (que parecen constituir hoy el programa político del radical-reformismo) representan, en efecto, una necesidad vital de las masas proletarias, brutalmente negada por las "necesidades" de supervivencia del capital. Donde fuesen practicadas como reivindicaciones reales expresarían la voluntad de autodefensa del proletariado y, al mismo tiempo, la necesidad del derrocamiento del modo de producción capitalista. La asunción o no de esta necesidad como programa de las luchas las caracterizaría en su potencialidad de victoria, independientemente de su caracterización como defensiva o de ataque.

Tesis 8

Supuesto que no está en el partido político revolucionario avanzar reivindicaciones diferentes de la del poder de clase del proletariado, y puesto que la lucha económica de los trabajadores, incluso si es de defensa, además de ser una necesidad es también un presupuesto para el desarrollo de la lucha de emancipación respecto del dominio del capital, el problema de las vanguardias comunistas, sus papeles y su acción, se plantean en estos términos:

  • en las luchas económicas de la clase los comunistas participan en calidad de vanguardia de la clase misma;
  • se distinguen agitando y difundiendo el programa revolucionario, por la ruptura y la superación del trabajo asalariado;
  • en la medida en la cual se a atienen a estos papeles, denunciando los límites del puro reivindicacionismo, entran en abierto contraste con la institución sindical.

Es en esta relación entre los papeles del partido y la acción de los militantes al interior de las luchas obreras donde se realizan las posibilidades del transcrecimiento político de las luchas económicas mismas hacia la confrontación por el poder.

Tesis 9

La pretensión de construir los organismos alternativos de lucha económica, "conscientes y permanentes", ha naufragado en una Babel de siglas sindicales de base, muchas de las cuales, en la búsqueda legal de poderes contractuales institucionalizados, están dentro de las hormas del sindicato oficial.

Minúsculos sindicatos autónomos y autoorganizados, más o menos autogestionados, han terminado reduciendo su antagonismo a cuestiones de formas y estructuras, limitándose a criticar el sindicato por su "derivación neocorporativista" o por su "burocrática degeneración verticalista".

Precisamente por el hecho de ser sindicatos, no se sustraen y no pueden sustraerse al cuadro de las compatibilidades capitalistas y, por lo tanto, a su condicionamiento. Esto, también en el caso de un derrumbamiento de los equilibrios sociales y de la agudización de las luchas materiales de clase, se traduce en la tentativa de canalizar la rabia obrera hacia otras iniciativas contractuales y nuevas direcciones sindicalistas de oposición democrática.

En este sentido, las formas organizativas del radical-reformismo en el ambiente obrero encierran tanto mayor peligro cuanto más las luchas deben volver a partir de las palabras de orden por ellas agitadas.

Esto expresa la contradictoriedad de los procesos sociales, por una parte, y la necesidad de la intransigencia en torno al programa revolucionario de abatimiento del régimen burgués y de su modo de producción capitalista, por el otro.

Tesis 10

Como ha sido demostrado por los más significativos, y raros, episodios de lucha de la clase obrera en estos últimos decenios, los más eficaces instrumentos organizativos - una vez propuestos de nuevo por los trabajadores mismos - han asumido las formas asamblearias de los comités de agitación y de huelga o de los consejos que, en primera instancia, se han dado siempre como momento de ruptura con las estructuras sindicales existentes.

Estos organismos de base terminan inevitablemente su función con la conclusión misma de la lucha. No es casual que hayan sido siempre, hasta ahora, sustituidos en las fases conclusivas y "tratativísticas" de la lucha, por organismos propiamente sindicales. Pero es precisamente de la experiencia de su formación y de su fin que los comunistas pueden extraer los motivos de la agitación y propaganda revolucionaria: no es la contratación con el capital lo que puede cambiar la relación fundamental entre las clases; la originaria incitación a la lucha debe llegar al ataque conjunto al capital.

Continuidad de clase y resultados políticos concretos de las experiencias individuales en el sentido de la perspectiva revolucionaria no significan hacer permanentes - a través de la práctica sindicalista - los organismos económicos obreros, sino conquistar a los trabajadores más sensibles al programa y a la política revolucionaria, captándolos a la milicia revolucionaria organizada.

Tesis 11

La maduración de la situación revolucionaria estará signada por la orientación explícitamente anticapitalista y revolucionaria de estos organismos, que, entonces, tomarán las características de los consejos obreros capaces de transcrecer desde su condición de organismos de lucha anticapitalista a la de organismos del poder proletario.

La orientación anticapitalista y revolucionaria no se afirma espontáneamente, sin la intervención activa y organizada de los militantes revolucionarios. Y es por esto por lo que las experiencias individuales de los organismos de lucha pueden señalar pasos adelante en la estrategia revolucionaria: en cuanto pueden sedimentar y agregar fuerzas que deberán desempeñar el rol de orientación y de dirección de los consejos en la fase ataque.

Los largos decenios de contrarrevolución y el proceso de descomposición material que la clase misma ha sufrido en el curso de la reciente revolución tecnológica, han cancelado la más elemental consciencia de clase. Desde el fondo de una situación semejante se puede volver a ascender proponiendo de nuevo y difundiendo el ABC del comunismo, hacia una recomposición subjetiva (política) caracterizada por la impugnación de toda compatibilidad con las lógicas del capital.

Tesis 12

A fin de que la organización política revolucionaria (el Partido) pueda concretamente postularse como sólido punto de referencia para las masas proletarias y semiproletarias - en situación, por tanto, de desempeñar las funciones de dirección política y organizativa que le son propias - es de fundamental importancia la constitución de una red de organismos territoriales, dentro y fuera de las fábricas, capaces de operar bajo todas las realidades y en todas los estados de la condición proletaria (obreros, desocupados, jóvenes, pensionados), por tanto, inequívocamente clasistas, pese a no ser inmediatamente identificables con el Partido.

La indicación de los grupos comunistas de fábrica, tradicional ahora en nuestro partido, encuentra, así, su complemento y adecuamiento en la nueva situación y en la nueva composición de clase proletaria.

Tesis 13

Estos organismos, emanación del partido, son sus brazos operativos en la clase (superando el viejo y ahora hecho ambiguo término de "correa de transmisión"), distintos por su origen y función de los organismos de la clase y por ésta originados.

Son los instrumentos de la dirección política revolucionaria de los organismos de lucha primero y de poder después de la clase obrera.

El acento en la territorialidad, que implica la constitución de organismos, comités, círculos comunistas independientemente de la pertenencia a este o aquel puesto de trabajo o a este o aquel sector, toma nota de la cambiada situación respecto del pasado, que veía como más importantes a las grandes concentraciones obreras de las cuales partían las luchas más significativas.

La dispersión de la clase obrera en pequeñas unidades productivas y la todavía mayor dispersión del conjunto del proletariado en todo el territorio, favorece, de un lado, e impone, del otro, la agregación de las vanguardias clasistas en el plano territorial. Esto también porque es fuertemente probable que de las formas territoriales de agregación de la vanguardia de clase partirán las más significativas luchas del futuro, fuera y contra las jaulas sindicales.

Tesis 14

Caracterizarán a los grupos comunistas de fábrica y de territorio:

  • La denuncia de todas las expresiones y tendencias de pseudo izquierda de la ideología burguesa, constantemente presentes entre las masas obreras, contraponiéndoles las posiciones elaboradas y defendidas por el Partido, confrontadas con la realidad de los acontecimientos;
  • la clarificación crítica de todos aquellos objetivos de lucha que solamente a través de la conquista revolucionaria del poder político y la superación del sistema capitalista, podrán realizarse;
  • el impulso de la solidaridad proletaria y de la unificación de las luchas en el campo internacional;
  • la unidad con los proletarios inmigrantes de todos los países, contra la explotación y la desocupación que dominan el mercado mundial de la fuerza de trabajo.
Milán, 25-27 abril 1997

Tesis del VI Congreso del PCInt

VI Congreso del Partito Comunista Internazionalista (Battaglia Comunista)

Milán, 25-27 abril 1997: VI Congreso del Partito Comunista Internazionalista (Battaglia Comunista)
Milán, 25-27 abril 1997