Manifestaciones en Venezuela: no importa quién salga victorioso del circo electoral, hoy como ayer es la burguesía la que triunfa

El 29 de julio de 2024, tras la cuestionada reelección de Nicolás Maduro con el 51,2% de los votos, frente al 44,2% de su oponente centrista, que contaba con el respaldo de toda la oposición (desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha), estallaron manifestaciones espontáneas en las principales ciudades de Venezuela, tanto en los barrios acomodados, que habitualmente apoyaban a la oposición y habían sido el motor de las protestas desde 2014, como en los barrios más pobres y barriadas.

Estas manifestaciones contra el "fraude" electoral tienen lugar en un contexto político y económico caótico: una caída del PIB del 80% desde 2013(1), un aumento exponencial de la pobreza y la pobreza extrema, un sistema sanitario y educativo en ruinas, escasez de productos de primera necesidad, desnutrición, hiperinflación, desempleo masivo, intentos de golpe de Estado (Operación Libertad en 2019(2)), crisis migratoria, etc.

La crisis económica es consecuencia directa tanto de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos, responsables de 40.000 muertes entre 2017 y 2018(3), como de la política económica aplicada por Hugo Chávez y continuada por Maduro: la llamada "Revolución Bolivariana", que supuestamente encarnaba el nuevo "socialismo del siglo XXI". Consistía esencialmente en redistribuir las gigantescas ganancias inesperadas del petróleo entre los habitantes más desfavorecidos mediante la financiación de misiones, es decir, programas sociales a gran escala (4). Aunque estas políticas sacaron a millones de venezolanos de la pobreza entre 1998 y 2013, perpetuaron el capitalismo no diversificado, dependiente del oro negro y rentista que ha caracterizado a la Venezuela moderna durante décadas. Con la caída de los precios del petróleo a partir de 2014, la corrupción generalizada, la nacionalización (parcial (5)) de la economía bajo control militar, y la multiplicación de las sanciones económicas, la economía se está derrumbando rápidamente, y las condiciones de vida del proletariado con ella.

A partir de 2018, Nicolás Maduro, que hasta entonces había afirmado salvaguardar las "conquistas de la Revolución" (6), ha venido aplicando una política neoliberal y de austeridad destinada a tranquilizar a los inversores extranjeros mediante la dolarización de la economía y la privatización de empresas estatales(7). Al final, mientras que la "boliburguesía" puede haber estado muy satisfecha con la trayectoria del chavismo durante casi 25 años (8), el proletariado venezolano no puede decir lo mismo, obligado a hacer trueques y vender en el mercado negro, o a huir. Mientras que las revueltas del hambre estallan regularmente desde hace varios años, en particular en los barrios pobres de Caracas, los proletarios intentan defender sus intereses de clase contra el Estado chavista, en particular luchando por mejores salarios mediante huelgas(9), pero estas luchas han sido sistemáticamente reprimidas por la policía y los colectivos, partidarios armados del chavismo en los barrios populares que desempeñan el mismo papel histórico que los lazzaroni y los "décembriseurs", es decir, el lumpenproletariado, hoy aliados de Maduro contra la clase obrera (10).

Es en este contexto que se celebran las elecciones presidenciales, para decidir si Nicolás Maduro debe ser reelegido por segunda vez. Por primera vez, todos los analistas burgueses coincidían en que la oposición tenía posibilidades reales de ganar, encabezada por María Corina Machado, principal dirigente de la oposición ultraliberal y ultraconservadora, y Edmundo González Urrutia. Ex viceministro de Asuntos Exteriores en el segundo gobierno de Rafael Caldera, luego embajador bajo Chávez a principios de los años 2000, este diplomático y partidario de la conciliación con el gobierno prometió sacar al país de la crisis mediante un vasto plan de reformas neoliberales. Por primera vez, las clases populares votaron por él en contra del candidato que encarnaba el chavismo, señal de una desafección creciente.

Pero nada salió según lo previsto. Nicolás Maduro ganó las elecciones, y quienes ingenuamente esperaban un cambio se vieron obligados a exigirlo en las calles.

Estas manifestaciones, caracterizadas por violentos enfrentamientos con la policía, destrucción de estatuas de Chávez, levantamiento de barricadas y uso de la violencia, evidencian la pérdida de control del chavismo sobre las clases trabajadoras, a las que tradicionalmente había apoyado(11). A diferencia de las manifestaciones anteriores, organizadas por la oposición y sociológicamente pequeñoburguesas, estas manifestaciones surgieron espontáneamente, principalmente en barrios obreros, reflejando una conciencia de antagonismo hacia el Estado y el chavismo. Sin embargo, estas manifestaciones se basan en las consignas de apoyo a la oposición burguesa, defensa de la "democracia" y la "libertad", denuncia del "fraude" electoral, es decir, todas las trampas mortales del democratismo, el interclasismo y el ciudadanismo. En estas condiciones, no pueden representar ningún apoyo a los proletarios en la lucha por sus condiciones de vida y de trabajo, contrariamente a lo que afirman el Partido Comunista de Venezuela o los grupos trotskistas, símbolos de la extrema izquierda del capital, que apoyan estas manifestaciones (12). Ni Maduro ni Machado son una alternativa al modelo rentístico capitalista que ha colapsado en Venezuela. Por el contrario, son dignos representantes de la burguesía, única responsable de la crisis, y cuyo programa se resume en: ¡guerra a muerte contra el proletariado hasta su último aliento!

Como lo hizo heroicamente en 1989, durante el Caracazo(13), el proletariado venezolano tendrá que organizarse mañana, contra el chavismo y contra la oposición, sin creer en un "futuro color de rosa" a través de las elecciones. Tendrá que luchar contra los ataques antiobreros impuestos por la burguesía y por una verdadera revolución socialista, a años luz de la llamada "revolución bolivariana", pseudo revolución burguesa responsable de la miseria de las masas trabajadoras. La construcción del Partido Comunista Internacional, para guiar a las masas trabajadoras hacia una toma de conciencia del antagonismo con el capital (tanto desde la "izquierda" como desde la "derecha") y hacia la insurrección, es hoy más que nunca una necesidad para poner fin definitivamente al macabro reinado del capitalismo, que sólo puede engendrar miseria y desolación, como demuestra el edificante ejemplo del "socialismo [¡burgués!] del siglo XXI".

Xav 1/8/2024

Notas

Fuente de la imagen: « Protestas en Caracas contra la reelección de Nicolás Maduro, 2024 », By Confidencial, CC BY 3.0, fr.m.wikipedia.org

(1) latribune.fr

(2) La Operación Libertad se refiere al intento de golpe de Estado respaldado por Estados Unidos para instalar a Juan Guaidó como presidente de Venezuela en abril de 2019.

(3) cepr.net

(4) Daguerre, Anne. « Les programmes de lutte contre la pauvreté au Venezuela », Critique internationale, vol. 46, no. 1, 2010, pp. 147-167.

(5) mediapart.fr

(6) En realidad, estas supuestas "ganancias" fueron rápidamente aniquiladas por la crisis (el salario mínimo y las prestaciones sociales mínimas no valían nada como consecuencia de la hiperinflación), y en 2016 Nicolás Maduro anunció el fin de la gasolina prácticamente gratis: liberation.fr. A esto se suma una política de flexibilización salarial y precarización laboral, que comenzó en 2013 al menos: contretemps.eu

(7) lepoint.fr and radiofrance.fr

(8) Para una crítica más profunda del "capitalismo bolivariano", véase: leftcom.org y leftcom.org

(9) Posado, Thomas. « L'État régional du Bolívar au Venezuela. Reflet du désalignement entre le gouvernement chaviste et le mouvement ouvrier », Mouvements, vol. 76, no. 4, 2013, pp. 105-116.

(10) infobae.com

(11) liberation.fr

(12) elpais.com y izquierdasocialista.org.ar

(13) El Caracazo hace referencia a los disturbios espontáneos que estallaron en Caracas en 1989 contra el plan de ajuste estructural del Presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.

Monday, August 19, 2024