Derrotismo Revolucionario hoy: respuestas a algunas preguntas

En preparación de un debate público que está organizando el colectivo Péntek esti kísértetjárás de Hungría, nos han mandado una serie de preguntas acerca del derrotismo revolucionario. Compartimos nuestras respuestas aquí, pues son una elaboración concisa de nuestras perspectivas para hoy.

1. Según ustedes, ¿cuál es la relevancia del derrotismo revolucionario el día de hoy?

La guerra en Ucrania, y ahora la guerra en Gaza, ha puesto en primer plano la cuestión de cómo responden los revolucionarios a la guerra. Para nosotros la respuesta está clara: ¡internacionalismo proletario, derrotismo revolucionario, no guerra salvo guerra de clases!

Vivimos en la época del imperialismo. El capitalismo es ahora un sistema global y las guerras son un medio para la división del mundo y sus recursos entre las grandes potencias. En tiempos de crisis económica, la competencia entre estados capitalistas se intensifica, las soluciones militares se convierten en el enfoque preferido. La destrucción del capital que las guerras brindan también tiene el potencial de restaurar la rentabilidad del sistema. 50 años después del fin del boom económico que siguió a la Segunda Guerra Mundial, la clase dominante se está quedando sin opciones y el capitalismo necesita un nuevo salvavidas. Es en este contexto que estamos viendo la formación de alianzas de conveniencia, detrás de las cuales se juega el enfrentamiento entre Estados Unidos y China por la supremacía mundial.

No hay un proyecto nacional que pueda escaparse de este marco. “Las pequeñas naciones, cuyas clases dominantes son apéndice y cómplices de sus compañeros de clase de los grandes estados, no son sino piezas en el tablero de ajedrez sobre el que desarrollan su juego imperialista las grandes potencias y, al igual que sus masas trabajadoras, son instrumentalizadas durante la guerra para ser sacrificadas cuando ésta acabe a los intereses capitalistas.” (R. Luxemburgo). Por ello, hablar de liberación nacional, del derecho de las naciones a la autodeterminación, es ahora un oxímoron histórico. El derrotismo revolucionario, con el que nos oponemos a la guerra imperialista con la guerra de clase, es tan relevante hoy como lo fue hace un siglo.

2. ¿Cómo lo podemos aplicar en países de guerra y paz capitalista?

La actividad internacionalista -agitación, propaganda, intervención en la lucha de clases, etc.- es, por obvias razones, mucho más difícil en tiempos de guerra que en tiempos de paz. Es por esto que los internacionalistas necesitan organizarse en el aquí y el ahora, no esperar a que sea demasiado tarde.

Hay diferentes limitaciones en cuanto a lo que es posible en tiempos de guerra y en tiempos de paz, pero la necesidad de que exista de una organización internacionalista como punto de referencia revolucionario para la clase obrera en general es una constante. La historia de nuestra tendencia política proveé de algunos ejemplos. En el periodo más oscuro de la Segunda Guerra Mundial, en el exilio y las prisiones, nuestros ancestros políticos se mantuvieron en contacto y cuando el tiempo fue adecuado, pudieron formar el Partido Comunista Internacionalista (PCInt) e intervenir en las huelgas masivas que estallaron en Italia en 1943. Fue la única organización formada en la guerra que se opuso a ambos bloques imperialistas y, desde luego, una de las pocas que no traicionó a los intereses del proletariado.

3. ¿Cómo se puede salir de la “burbuja” del entorno de los grupos del movimiento? ¿Cómo hoy puede ser una práctica común del proletariado?

No podemos agitar una varita mágica y atraer de repente a las masas, sobre todo después de casi un siglo de contrarrevolución estalinista y cuatro décadas de retroceso de clase ante la reestructuración capitalista. En las recientes huelgas contra la austeridad en todo el mundo hay indicios de que el gusano empieza a girar. Sin embargo, obreros revolucionarios dispersos alrededor del mundo en pequeñas organizaciones que se oponen a las mentiras socialdemócratas del ala izquierda del capitalismo (desde estalinistas, maoístas y trotskistas) todavía tienen una montaña que escalar. Nuestro mensaje puede caer ahora en oídos sordos, al igual que el mensaje antibélico de la Izquierda de Zimmerwald en 1915, pero las consecuencias directas e indirectas de la guerra imperialista y la crisis capitalista lo harán relevante con el tiempo para capas cada vez más amplias de trabajadores.

Mientras tanto, necesitamos unir a todos las fuerzas proletarias genuinas que entienden la lección de que sólo la clase obrera, por sus propios esfuerzos puede salvar a la humanidad de la devastación, ya sea a través de la guerra imperialista o del cambio climático (cualesquiera que sean las otras diferencias que han tenido históricamente). La situación es demasiado crítica para polémicas inútiles. Necesitamos organizarnos juntos para estar preparados para presentar al futuro movimiento de clases una respuesta coherente tanto al descenso del nivel de vida como a la amenaza que se cierne sobre la propia vida en la Tierra. Es por esto que la Tendencia Comunista Internacionalista ha lanzado la iniciativa No Guerra salvo Guerra de clases (No war but the Class War, NWBCW), que pretende fomentar la formación de comités locales de internacionalistas de distintas tendencias políticas. La esperanza es sentar un precedente ahora de cómo podemos relacionarnos positivamente tanto entre nosotros como con la clase trabajadora en general. Hemos sugerido los 5 siguientes principios como punto de partida para una actividad conjunta:

  • Contra el capitalismo, el imperialismo y todos los nacionalismos. Ningún apoyo para ningún capital nacional, “males menores”, o estados en formación.
  • Por una sociedad donde los estados, el trabajo asalariado, la propiedad privada, el dinero y la producción por ganancia sean reemplazados por un mundo de productores libremente asociados.
  • Contra los ataques económicos y políticos que la guerra actual, y las venideras, lanzarán contra el proletariado.
  • Por la lucha autoorganizada de la clase trabajadora, por la formación de comités de huelga independientes, asambleas masivas y consejos obreros.
  • Contra la opresión y la explotación, por la unidad de la clase trabajadora y la unión de los verdaderos internacionalistas.

Estos comités, donde ya existen, han intentado traer el mensaje internacionalista a protestas y piquetes, dondequiera que la clase trabajadora emprenda la lucha. No esperamos una victoria inmediata, el camino es largo y habrá muchos contratiempos. Pero el mensaje ya ha llegado a quienes están más allá de los estrechos confines de nuestra propia tendencia política, y eso es un comienzo.

4. ¿Llevaremos el mensaje al proletariado como algo que “viene desde fuera”? O, por el contrario, ¿nos debemos cartografiar e investigar como parte del proletariado, de esta manera creando relaciones mutuas y organizándonos?

Los revolucionarios no vienen desde Marte. La mayoría de nosotros procedemos de las filas de la clase trabajadora, y es nuestra experiencia vivida la que nos inicia en la búsqueda por una alternativa al capitalismo. Pero claro, “las ideas de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes” (K. Marx). Como tales, en nuestros lugares de trabajo y comunidades al principio nos encontramos inevitablemente como minoría. Por eso es tan importante que los que hemos rechazado la ideología capitalista no nos aislemos. Nos hemos reunido en una organización política, en la que podemos reflexionar de manera crítica acerca de las luchas de clase del pasado y presente, para luego trabajar en dar a conocer las perspectivas revolucionarias entre las capas más amplias de nuestra clase. Y eso significa intervenir en todas las luchas, tratando de unir las demandas inmediatas con el programa histórico del comunismo. En este sentido, los comunistas son el elemento revolucionario dentro de la clase, no “fuera” de esta.

En una nota histórica, la articulación de las ideas comunistas requirió de la habilidad para leer y escribir. Por ello, en los primeros días del capitalismo, cuando la alfabetización de la clase proletaria era muy baja, esta tarea recaía a menudo (aunque no siempre esto era así) en individuos procedentes de otras capas sociales, que abrazaban la causa obrera como propia. Hoy en día, en la mayor parte del mundo, esto es menos una barrera.

5. ¿Podemos hablar de derrotismo revolucionario sin comunismo?

No. Tenemos que ser muy claros en que, mientras que el capitalismo exista, las guerras continuarán. Sólo la revolución de la clase proletaria, que transformará por completo el orden social internacional y económico, será capaz de traer un mundo sin guerra. El derrotismo revolucionario implica luchar por el comunismo, y es la oposición actual a la guerra imperialista -llevar la perspectiva revolucionaria a la clase obrera en general, exponer los vínculos entre el impulso a la guerra y los ataques políticos y económicos contra los trabajadores, fomentar la autoorganización de la lucha de clases, etc.- esto ayuda a crear las condiciones para el eventual derrocamiento del sistema capitalista.

Tendencia Comunista Internacional
10 de junio de 2024
Friday, June 14, 2024